Asumir y llevar adelante el rol de “Líder”, y especial y particularmente el de “Líder Asertivo”, conlleva tremenda responsabilidad; muy por el contrario, de lo que comúnmente se pre-juzga de antemano… como ¡el que manda y no hace nada!
Para asumir la responsabilidad de coordinar equipos de trabajo, de gestionar y co-crear proyectos que impacten en una porción de la sociedad, hay que estar en verdad un poco loco, permitirse salir de los parámetros establecidos, tener un sentido fuerte por la equidad, atesorar valores genuinos, y una alta dosis de compromiso social.
Este cocket poderoso no determina los resultados, que son atravesados por tantísimas variables externas. Pero te consolida como referente de una causa, de un deber, de una labor social trascendente.
Si naciste para impactar, no te conformes con la mediocridad social.
Rompé el molde, salí de cuadratura logíca.
Permitite volar pero sin dejar de enraizar, con las mirada en las nueves y los pies en la tierra.
Un Líder Asertivo que se precie como tal, lidera primero su metro cuadrado, para luego liderar proyectos, equipos y espacios.
Entre sus talentos se encuentra la plasticidad que lo distingue por sobre el resto.
Es un comunicador nato.
Y tiene tenacidad con sus metas a corto, mediano y largo plazo.
Lleva adelante un rol tan incómodo como próspero.
Porque su tarea lo moldea como ¡una persona fuera de serie!
Por Noelia de la Fuente – Psicóloga Social
