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La Paternal tiene una parrilla a puertas cerradas

Se trata de “El Patio de Mabel”, una parrilla exclusiva que atiende a puertas cerradas, en el patio de una casa del barrio porteño de La Paternal.

La parrilla está ubicada sobre una calle de La Paternal, barrio donde los más chicos aún disfrutan y jugan en sus calles. Allí está el patio de una casa familiar, donde los vecinos pueden recurrir cuando se les antoja “ir a comer afuera”. Esta es la situación donde “El patio de Mabel” entra en esena.

La parrilla, que cocina con fuego a leña, les lleva unas 4 horas de cocción a las opciones que se pueden encontrar allí, el famoso asado que luego, por su sabor, terminan pidiendo un aplauso para el asador.

La atención es excelente, dado que el parrillero, personalmente, va recorriendo las mesas de los comensales para preguntar si hace falta algo, y por la predilección de los clientes en cuanto a la cocción: a punto, pasado o “rojo inglés”.

Así te atienden en “el Patio de Mabel”, creado por Luciano y su hija Malena hace unos tres años, en medio de la pandemia.

Pero si los creadores son Luciano y su hija Malena, quién es la famosa “Mabel” que lleva el nombre de la parrilla?

Mabel, fue la madre de Luciano, que falleció en 2018. Según cuenta el dueño de la parrilla, cuando muere su madre, hizo un cambio radical en su vida, por lo que decidió renunciar a su empleo en el Banco Hipotecario, y comenzar a darle forma a este proyecto, junto a su hija, que en ese momento tenía 18 años.

En tanto, Luciano, en diálogo con La Nación, señaló: “Yo lo venía comentando con mi mamá hacía unos años. Su muerte me sorprendió, pero también me dio fuerzas para crear El Patio de Mabel. La primera vez fue un asado para siete personas en el que hice tres veces más de comida. Y de ahí no paramos de crecer hasta tener el patio completo cada fin de semana”.

En la actualidad, Malena, que es quien se ocupa de recibir a los comensales y atender las mesas, cuenta que “Es también la casa de mi infancia. En ese comedor hacíamos las pijamadas con mi amiga que ahora también es moza del Patio”,

Por su parte, Luciano, es el parrillero, y se ocupa de los costillares, el vacío de cocción lenta, las achuras, los chorizos y las morcillas. En tanto que su hija prepara las verduras y las papas al plomo que sirven de guarnición del asado.

“Tratamos de ofrecer una experiencia de asado diferente, no el clásico vuelta y vuelta de los cortes de las parrillas de barrio. Por eso tenemos, costillar y vacío de cocción lenta. Son unas 5 horas a las brasas de leña y carbón”, explica Luciano.

“El Patio de Mabel”, esta pintoresca parrilla que se encuentra en el patio de la casa de Luciano, tiene las mesas en el fondo, debajo de un frondoso jazmín chino, y están acompañadas por unas sombrillas blancas para evitar el sol en verano.

Entre los comensales hay familias completas, desde padres con sus hijos, abuelos, como grupo de amigos y amigas.

Entre los clientes estuvo Carmen, una abuela de 72 años que llevó a su nieto de 2 años y contó que “Es la segunda vez que venimos y la verdad es que nos sentimos como si comiéramos asado en casa. Me hace acordar cuando yo era chica y hacíamos asado en los bosques de Ezeiza toda la familia junta”.

Otra de las clientas que conversó con La Nación es Viviana. Ella fue con un grupo de amigos a festejar su cumpleaños, por lo que Luciano le había reservado la que él llama como LA MESA VIP, justo debajo del Jazmín. “Fue lindo poder armar esta reunión después de todo lo que pasamos con el coronavirus”, remarcó la cumpleañera.

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