Según expertos, dos de cada tres pacientes con COVID-19 presentan anosmia como primera -y única- manifestación de la enfermedad, incluso sin llegar a presentar fiebre, tos o dolor de garganta, de acuerdo a estudios que se realizaron a más de un centenar de personas infectadas en China.
En la Argentina se conocieron cinco casos en una misma familia con estas características.
Mientras la curva de casos de coronavirus en el mundo sigue en aumento, con más de 439 mil casos y 19 mil muertos y presencia en 196 países, los especialistas comienzan a advertir que fiebre, tos y dolor de garganta no serían los únicos síntomas que alertan de la presencia de la enfermedad.
Fueron los otorrinolaringólogos quienes en los últimos días advirtieron otro síntoma asociado al coronavirus: la pérdida del olfato y el gusto, que aparece de manera brusca sin estar congestionados. Así lo refirió el número dos del Ministerio de Salud francés, Jerôme Salomon, quien recomendó evitar la automedicación sin opinión especializada.
La Sociedad Francesa de Otorrinolaringología (ORL) también advirtió sobre la aparición de estos síntomas.
Asimismo, el presidente del Consejo Nacional Profesional de ORL, Jean-Michel Klein, acerca de la relación entre la anosmia y el virus indicó: “No todos los positivos con COVID-19 son anósmicos, pero todos los anósmicos aislados, sin causa local, sin inflamación, resultaron positivos para COVID-19. Recomendamos que los pacientes con afectación del sentido del olfato mientras son estudiados tomen la precaución de aislarse y usar barbijo, incluso en familia”.
También el virólogo alemán Hendrick Streeck dijo que la falta de olfato y gusto podría ser una pista para alertar acerca de la presencia de COVID-19.
Se cree que este síntoma podría afectar a dos de cada tres pacientes con COVID-19, de acuerdo a estudios que se realizaron a más de un centenar de personas infectadas por coronavirus en Wuhan en el Instituto de Virología de Bonn, Alemania.
El profesor de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Milán y jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas III, Massimo Galli, refirió también la falta de olfato y gusto en probables pacientes afectados por el COVID 19.
En todos los casos, y contrariamente a lo que se hace ante una anosmia clásica, se debe recomendar no administrar corticoterapia, pues disminuiría las defensas inmunológicas.
En la Argentina, en la provincia de Corrientes, se reportaron cinco casos positivos de coronavirus en una misma familia (padre, madre, hijo, hija y novio de ésta última) con anosmia como único síntoma.
Sobre el sentido del olfato
La olfacción es el primer sentido que aparece en el desarrollo de la escala filogenética, al surgir la vida sobre la Tierra. Los seres unicelulares desarrollan un sentido químico para recibir información de su entorno. En el ser humano primitivo, el sentido del olfato lo ayudó a sobrevivir, pero luego, con la bipedestación, perdió importancia. El olfato juega un papel fundamental en procesos muy diferentes, como en los mecanismos de defensa al avisar la presencia de gases tóxicos o alimentos en mal estado y en la transmisión de sensaciones, ya que los olores evocan recuerdos que producen emociones.
El olfato es clave en las primeras horas de vida. El recién nacido puede, a las 24 horas de su nacimiento, identificar a su madre, gracias a que su sentido del olfato está completamente desarrollado. Este sentido crece (en coincidencia con la etapa de aprendizaje del niño) hasta los 20 años y se mantiene estable hasta los 40 años. A partir de la quinta década de la vida, comienza a disminuir la capacidad olfatoria (el epitelio olfatorio es reemplazado por epitelio respiratorio). Esta declinación se conoce con el nombre de presbiosmia, que se acentúa aproximadamente a los 65 años.
Las mujeres presentan más capacidad para la detección, identificación y discriminación de los olores.