Sociedad

La Calesita, uno de los juegos más populares

Muchas plazas y parques de la Ciudad, tienen una Calesita, el juego más disfrutado por los niños.

En total, en la Ciudad de Buenos Aires hay 55 calesitas registradas. Algunas de ellas, son un clásico en el barrio y tienen varias décadas, otras son nuevas, pero lo cierto es que los niños y niñas las adoran.

En este sentido, en los barrios porteños de Saavedra y Palermo son las que más tienen: seis en cada caso. Entre las más antiguas, está “La Calesita de Tito”, ubicada en la plaza Arenales de Villa Devoto, su dueño desde 1978 es Adelino Luis Da Costa.

Según consigna Clarín, a esta calesita, solían las hijas de Diego Maradona y Claudia Villafañe: Dalma y Gianinna, cuando la familia del Diez vivía en Segurola y Habana.

En tanto, Tito, en diálogo con Clarín, señaló que “La sortija es el primer triunfo del ser humano después de su nacimiento. La calesita perdura por muchas circunstancias: primero, porque el chico tiene fantasías. La sortija se las genera”.

Y agregó que “La ven y se creen súper héroes. Y segundo, por los padres. Muchos de los que vienen, están volviendo: los trajeron sus padres y hoy traen a sus hijos. Para ellos es transportarse a la niñez. Las primeras veces que vienen como papás se les pone la piel de gallina: sus hijos están frente al mismo tipo que les movía la sortija”.

También está la calesita de Tatín, ubicada desde 1963 en el Parque Chacabuco. En el Parque Lezama, también hay una calesita histórica. De hecho, algunas letras de las canciones de cancha, que “invitaban” a los equipos rivales a no quedarse con ganas y dar la vuelta, porque “hay una calesita en el Parque Lezama”.

Sin embargo, también hay calesitas nuevas. Por ejemplo, en 2021 abrió una en Saavedra, exactamente dentro de la Plaza Alberdi, ubicada en Crisólogo Larralde y Mariano Acha.

Asimismo, hay otras que se abrieron en los últimos años son las de las plazas Juan B. Terán, en Villa Real; Don Bosco, en Monte Castro; Martín Rodríguez, en Villa Pueyrredón; Plaza Noruega, en Belgrano;  Zapiola, en Villa Urquiza; Soldado de la Frontera 4999, en Lugano 1 y 2, un barrio en el que la calesita histórica había cerrado en 2019.

Lo cierto es que es una actividad que está regulada, desde 2015, por una ley que contempla reglas para la instalación y el funcionamiento de los carruseles y calesitas en el espacio público de la Ciudad. Mediante esta ley, se establecen obligaciones y normas respecto de los permisos de uso y las características técnicas y condiciones de seguridad. Además, fija pautas de respeto a los valores históricos, culturales y estéticos, ya que muchas calesitas son Patrimonio Cultural de la Ciudad en el marco de la Ley 1227.


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